Regresé a casa empapado y busqué un perchero para colgar mis sentimientos. No lo encontré y los dejé en el felpudo. Antes de que me diera la vuelta ya había un vendedor en la puerta limpiándose los pies.
Le pregunté qué quería y él me rebotó mi pregunta, así que tuve que responderle algo:
-quiero paz
Sus ojos se iluminaron como semáforos en rojo y entró hasta el comedor agitando su maletín en el viento. Apagué el ventilador y lo siguió agitando en la brisa.
-tengo justo lo que usted necesita
me dijo, aunque en realidad yo no necesitaba nada
-no tendrá usted un perchero
le pregunté a sus ojos en ámbar
-no diga tonterías ¿quiere? usted lo que necesita es paz
y rebuscó en su maletín y sacó algo de este tamaño más o menos, con un color similar a ese y que pesaba tanto que lo tuve que coger así
-pero qué se supone que debo hacer con esto?
le pregunté
Sus ojos en verde precedieron a sus pasos hacia la calle y nuevamente pisó los sentimientos de mi felpudo
-buscar la paz, caballero
hizo una pausa innecesaria
-ni más, ni menos
antes de marcharse escaleras abajo por el ascensor
así que volví a mi comedor y traté de entender cómo funcionaba aquella cosa.
en valde.
Al final me aburrí y lo dejé encima del armario, aunque no cabía y sobresalía la punta.
aquella punta me dio una idea
y quité mis sentimientos del felpudo y los colgué de aquella cosa.
luego me senté a esperar......................................................
y esperé otro poco........................................
y al final todavía un poquito más.....
hasta que me di cuenta de que funcionaba: había encontrado la paz
y sonriendo me fui a dar un paseo
en sobreexcitada tranquilidad
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