miércoles, 22 de octubre de 2008

Regresé a casa empapado y busqué un perchero para colgar mis sentimientos. No lo encontré y los dejé en el felpudo. Antes de que me diera la vuelta ya había un vendedor en la puerta limpiándose los pies.

Le pregunté qué quería y él me rebotó mi pregunta, así que tuve que responderle algo:

-quiero paz

Sus ojos se iluminaron como semáforos en rojo y entró hasta el comedor agitando su maletín en el viento. Apagué el ventilador y lo siguió agitando en la brisa.

-tengo justo lo que usted necesita

me dijo, aunque en realidad yo no necesitaba nada

-no tendrá usted un perchero

le pregunté a sus ojos en ámbar

-no diga tonterías ¿quiere? usted lo que necesita es paz

y rebuscó en su maletín y sacó algo de este tamaño más o menos, con un color similar a ese y que pesaba tanto que lo tuve que coger así

-pero qué se supone que debo hacer con esto?

le pregunté

Sus ojos en verde precedieron a sus pasos hacia la calle y nuevamente pisó los sentimientos de mi felpudo

-buscar la paz, caballero

hizo una pausa innecesaria

-ni más, ni menos

antes de marcharse escaleras abajo por el ascensor

así que volví a mi comedor y traté de entender cómo funcionaba aquella cosa.

en valde.

Al final me aburrí y lo dejé encima del armario, aunque no cabía y sobresalía la punta.

aquella punta me dio una idea

y quité mis sentimientos del felpudo y los colgué de aquella cosa.

luego me senté a esperar......................................................
y esperé otro poco........................................
y al final todavía un poquito más.....

hasta que me di cuenta de que funcionaba: había encontrado la paz

y sonriendo me fui a dar un paseo
en sobreexcitada tranquilidad

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