jueves, 24 de junio de 2010

El verano sobre mi piel como un soplete
El barro olvidado cubierto por grietas de tierra
Mierdas de perro secándose al sol
Mis pies ardiendo en sus trajes de suela
Mi cuerpo estalla en gotas nubosas...
Bajo azul celeste,
Calor seco de mierda agrietada de perro

Escapamos hacia la noche

Porque sabíamos que hacía frontera con algo

Buscamos un paraíso nocturno, viendo

Lunas de plástico y cuerpos de neón

Huímos por el infierno azulado

De un beso pagado

Y regamos de sexo un jardín

De carne

Infectada.

El tercer martillazo arrancó la piel

de la puerta y quedó una cerradura

de tripas rosadas. Con un soplete

ardió su erección de clavo de ataúd

atascada en una pared encalada con semen