domingo, 16 de mayo de 2010

A veces una nube en el cielo
es peor que un tiro en la cabeza
y hasta el sol se oculta
temeroso
de esta guillotina de aire condensado.
Este año el verano
ha recibido una paliza de tormentas
que lo ha mantenido en el hospital
y mis sentimientos han crecido
como un jardín
de espinas
con hojas rodeando el asfalto
de mi cerebro de cemento.
La mañana llovió ácida sobre mi piel:
un cielo llorando lágrimas
de limones.
Y fieras desatadas
en las alcantarillas
aullaron esta noche
persiguiendo sueños
de rayos de sol.

domingo, 2 de mayo de 2010

La calle resuena suave como la muerte de una mosca.
Mis ojos chirrían al moverse a izquierda y derecha.
Mis labios se agrietan tratando de decirme algo sobre el agua.
El sol late caliente sobre mi piel.
Siento tubos de escape dentro de mi garganta.
Siento soledad agridulce bañándome como aceite caliente.
Mi dedos se mueven por el aire escribiendo. No sé lo que dicen.
Siento que sólo soy un escaparate de huesos superpuestos.
Quiero destruirlo todo,
pero me siento demasiado apático hasta para eso.
El viento suave llega hasta mí como una condena de muerte.
Quizás soy yo la mosca.