domingo, 27 de julio de 2008

Miguel era una persona triste. Recuerdo que un día me contó que no podía ser feliz viendo cómo cada día el sol salía joven y alegre y luego se escondía, envejecido, hasta que moría. Lo dijo como si anticipara lo que iba a pasar poco después. Miguel era así de misterioso.

viernes, 25 de julio de 2008

Consumiéndo(nos)

Un centro comercial es un espejismo: es una falsa impresión de riqueza y prosperidad, un reflejo luminoso en la superficie de un estanque oscuro y contaminado.
No creo que la pornografía sea obscena o inmoral. Un centro comercial, en el fondo y en la superficie, sí me lo parece.
Y yo trabajo en uno.

El trono

Dio en el clavo quien comparó el váter con un trono.
Porque subido en él eres el rey
porque no hay poder más grande en el mundo que el de quitarse la mierda de encima sin mancharse los zapatos...
En el váter lo puedes hacer todo: todos los placeres de la vida
tienen en él cabida.
Puedes leer un libro,
puedes ver una película,
puedes mantener una conversación interesante,
puedes hacerte una paja,
puedes follar,
puedes dedicarte a inspeccionar tus rodillas y cada centímetro de piel,
puedes descubrir que tienes una peca en la espalda,
puedes aullar a la luna,
puedes oír el mar,
puedes oír a tu vecina ducharse
-en ciertas ocasiones, puedes incluso VER a tu vecina ducharse-,
puedes meterte un dedo en el culo y olerlo luego
como te hueles los sobacos antes de ponerte una camiseta limpia,
y sobre todo puedes cagar en paz
imaginando que la mierda cae en la boca de tu jefe,
igual que puedes romper las normas
y mear fuera de la taza empapando el suelo.
Sentado en la taza del váter puedes repasar tu vida
y cambiarlo todo,
puedes encontrarle una cura al sida
o recuperar tu inocencia perdida ida ida ida...
Puedes renacer o puedes suicidarte,
en un váter público puedes oír a un hombre silbar,
puedes anotar el tamaño de tu poya
y encontrar teléfonos a los que llamar,
puedes encontrar de nuevo la esencia de la vida
viendo la miseria que te rodea.
Sobre todo puedes darte cuenta
de lo estúpida que resulta nuestra moral
de lo políticamente correcto
porque todos estamos llenos de mierda.
Y lo mejor de todo es que puedes tirar de la cadena
que te ata a la vida
esperando que algún día se rompa.

Agosto

  • Lo que lleva a mucha gente al suicidio no son los grandes acontecimientos trágicos de sus vidas sino los pequeños detalles, irrelevantes pero desesperantes, que salpican su existencia.
  • Uno puede sacar fuerzas de la nada para vencer a un enemigo externo y bien visible, pero no hay manera de atacar a esos pequeños enemigos internos que nos lanzan a la autodestrucción, que aguardan sumergidos en nuestras almas el momento de la guardia bajada, el momento sin defensa.
  • El infierno de cada persona está dentro de uno mismo y la puerta de entrada se activa con detalles ocultos pero irritantes que están desperdigados a nuestro alrededor.
  • Somos bombas rodeadas de pulsadores que nos activarían irremediablemente.
  • Pero sabemos ignorar la señal de detonación.
  • Al menos es así hasta el día en que ya no es así.
  • En ese momento no somos personas: somos epicentros del desastre.

XIX - B

Las olas del mar lamían con monótona suavidad la arena que, proveniente de lejanas tierras, había decidido concluir su viaje en aquella playa para así dejar constancia de mis pisadas. En el susurro del viento, el canto de las sirenas me puso en guardia. Lejos de atraerme, me recordaban que tenía que seguir huyendo.

jueves, 24 de julio de 2008

Flotando en la charca

El pasado es lo que ya no es
pero fue
El futuro es lo que todavía no es
pero será
El presente es la puerta por la que se sale del pasado
aunque por ella no se entre en el futuro
El presente es una puerta que no viene de ningún sitio
ni va a ninguna parte
El presente es un estanque cerrado
en el que el agua fluye incesante.
Y tenemos que elegir
entre seguir a flote
o dejarnos hundir

El Polizón y la Flauta Mágica

Se sube al tren en El Pozo.
Tiene doce años y una flauta.
Parece la viva representación de la miseria. De esa miseria vecina a nuestras urbanizaciones en las que no se puede ser niño sin más.
Toca y lo hace bien.
Se pasea soplando su flauta con los ojos cerrados de un lado a otro,
sin parar de soplar canciones conocidas a las que mete florituras para que suenen mejor.
Cada nota tiene su trino,
y eso es realmente complicado siendo un niño.
Se nota cuando toca que es lo único que tiene,
que es lo que lo mantiene cuerdo.
Conoce las canciones, sopla a Mozart de oído.
De repente la música cesa y algo cambia.
El niño se tambalea,
apenas puede mantener los ojos abiertos.
Se lo ve deambular, como drogado, pidiendo una monedita por favor.
No mira a nadie a los ojos y nadie le da nada.
Pasa a mi lado y puedo ver sus cicatrices y sus heridas todavía abiertas.
Su piel habla de suciedad y de pobreza,
parece repetir la palabra droga a cada gesto.
Sin música ya no vuela, aunque no parece estar aquí abajo, sino mucho mucho más arriba.
Tiene la piel de los viejos yonkis que suben a pedir comida o dinero.
Sólo que este es un niño y cuesta más aceptarlo.

NO!

Una mota de polvo sale de una fábrica se sube en un libro viaja en camión y aguarda en una tienda a que la ponga en mi estantería para de ahí saltar a mi sofá,

¿¿y tú quieres barrerla??

miércoles, 9 de julio de 2008

I

Llevo despierto desde el amanecer pero sigo con los ojos cerrados.
Una luz cada vez más intensa, empujada por el sol, se cuela por los resquicios de la ventana.
Cuando la presión del pis en mi vejiga es suficiente, me levanto.
Derecho al váter, achinando los ojos.
Que huyen de la luz.

II

-¿Qué era lo que intentabas decirme?
-Sólo te explicaba por qué te hablé en el metro, después de clase.
-Sí, pero lo único que he entendido es nosequé de una canción de Elvis.
-Que me gustas, joder, no te hagas la tonta.

III

Eran amigos pero ya casi no hablaban de sus cosas.
Cuando salían, bebían y reían.
A veces hablaban.
Pero nunca de sus cosas.

IV

Le había robado el bolígrafo a Marta en clase. Sabía que las palabras que escribía con él también eran robadas... Pero no sabía a quién.

V

Aquel día bajar al metro le pareció particularmente depresivo - como caer por un agujero - verse atrapado bajo tierra - junto a cientos de personas - en un ambiente cargado - bajo una luz ténue - para salir finalmente en cualquier otra parte - Se preguntó cuánto costaba hacer el mismo camino a pie - luego se preguntó cuánto valía.

VI

Una mirada fugaz entre un chico que va en el tren y una chica que espera en la estación puede ser el mayor romance de sus vidas. El resto es vivir...

VII

"Tener un trabajo lo es todo", se repetía. "Dinero para comida y viajes, para ropa, para darse un capricho y, ¿por qué no?, para drogas".

Entonces miraba a la gente que por la calle estresada se dirigía a toda prisa a la estación y al trabajo. Apuraba con calma el café y seguía observando a través de la ventana. Sabía que no era sólo ese fino cristal lo que lo separaba de esa gente.

Entonces se pedía otro o se iba a pasear.

VIII

El ansia de viajes devoraba su alma inquieta a la vez que la necesidad de una cierta estabilidad le impedía liberarse de su rutina, que se había posado como una negra nube de desesperación en el cielo a pesar de que, en el fondo, surtía el efecto de un bálsamo sobre sus nervios y permitía la justificación y explicación de una vida frustrada.