lunes, 14 de diciembre de 2009

"Destruyamos a la sociedad. Hagamos que sea un acto estético e intrascendente. Pero hagámoslo rápido." Confucio 2.0
----------------------------------------------------------------------
Oigo un grito golpeando la pared. Dice que nada importa y que todo se puede ir a la mierda. Es mi voz, creo.

Ahí está otra vez.

Sí, soy yo.

Un grito desgarrado de puto asco. Vomitando palabras contra todo lo que se mueve.

Odio las relaciones humanas, odio al mundo.

Salto y atravieso el cristal.

Caigo encima de una embarazada y la aplasto. Que se joda.

Que se jodan.

Salto frente a un coche que me esquiva. Se estampa contra un muro. Veo sangre por todo el capó y cristales clavados en la pared.

No haber girado, idiota.

¿Dónde coño hay un tren o algo que siga recto?

Abro la boca y cago un par de bombas sobre el pavimento. Las dejo rodar cuesta abajo y empiezo a ver cómo los edificios se derrumban: 3 casas, un hospital, una iglesia. Me acerco al hospital: va a ser divertido.

Niños mutilados por todo el suelo arrastrándose como sardinas fuera del agua. Jeringuillas usadas volando por el cielo tras la explosión: una lluvia gris de medicamentos aleatorios sobre la población.

La gente drogada corre por la calle golpeándose contra las paredes. Echando baba por entre los labios anestesiados. Un hombre se saca la polla y la menea. La vieja a su lado se quita los dientes y le mastica la polla con las encías.

El hombre grita: no sé si de placer o de dolor o de ambos.

Agarro un hacha clavada a un árbol y le atravieso la espinilla a un ciego. Abre los ojos como platos, así que le escupo algo de salsa y la remuevo con un tenedor.

Sangre por todas partes. O semen. Pus, líquido amniótico, cosas inexplicables... Una amalgama de olores y sabores: un cuadro de Picasso clavado en el culo de una vieja aristócrata.

Monjas que saltan a la comba. Puedes oír sus tobillos crugir como palos secos.

Un viejo profesor agarra a un niño por el pescuezo y le estampa la cabeza contra la pared.

Me siento a mirar mi obra de caos. He creado destrucción y se está extendiendo como una enfermedad a la velocidad de la luz.

Sentado en el suelo sangrado me paro a pensar en el sentido de todo esto.

Nada tiene sentido.

Mis ojos se derriten y gotean sobre mi boca.

Sale mierda por mi culo, formando un cuerpo grotesco que se aleja corriendo a campo través.

Me tiro de cabeza contra la alcantarilla y mis dientes salen volando de mi boca rota.

La mandíbula desencajada me cuelga por un lado y me la arranco con toda mi fuerza.

Después todo se vuelve blanco de dolor y llega a la catarsis.

Y se acaba.

Vuelvo a estar en mi cuarto.

Entra frío por el cristal roto.

Leo un libro en paz.

Mi mandíbula metida en un cubo de agua.