miércoles, 26 de enero de 2011

Mi piel se cae hecha costra
envidiosa de las gotas de lluvia,
mi piel se seca hecha barro
predeciendo terribles sequías.
Mi piel se estira de placer
saludando frescas mañanas,
se encoge de frío en el tren
si detecta ciertas miradas.
¿Cuál será la palabra que haga explotar mi mirada esta mañana?
Ojos
tuyos
en la madrugada,
luces
escondidas
adormiladas,
movimientos
ligeros
entre sábanas
y calor
extendido
sobre la piel.
Un retrato
hecho de esquinas
y retales,
una vida
hecha de abrazos
y despedidas
Una taza de té
sobrevivió explosiones de pasiones
susurrando vapor
en nubecitas sin cielo.
Qué difusa lo envuelve a uno
la mañana,
qué tranquila la tarde
lo acorrala,
qué lejana se ve de estrellas
la noche desnuda
qué aterradora la soledad
sobre la almohada

lunes, 10 de enero de 2011

ellas se lo pierden

alguien que te mire y te contemple
alguien que te abrace y te complete

alguien cuyo brazo sea almohada
cuyo beso firmamento
alguien que fluya a tu vera
que se derrumbe sobre ti
que extienda los brazos y toque el cielo
y lo baje hecho rosas y jazmín

alguien capaz de compartir momento y sitio
de ser tu espacio y tu lugar
de ser tu tiempo y hacerte eterna
de ser tu campo para pasear

que sea libro del que quieras leer
y hoja en blanco en que escribir poesía
que adore tu esencia y tu piel
tu noche, tu mañana, tu mediodía

alguien que coma de tus manos
y alimente tus sentidos
alguien que anteponga tu presencia
a su propia esencia
que atesore momentos
y los ponga a tus pies
que recorte sentimientos
y besos de papel

que haga un jardín de cada mirada
y lo riegue a diario de amor y ternura
que haga brotar en ti lo bueno que hay
que te haga sentir
tierra virgen y pura
y se reboce en tu barro
y ame tu ser...

es
alguien que no está tras cada esquina
ni
es una oferta de supermercado
es
alguien que vive de ti y que muere
de ausencia

Busca,
busca, muchacha
ojos de miel,
mucha suerte
en tu soledad
ojalá encuentres
una pieza de recambio
que sea tan buena como el pobre aquel...
...que quiso serlo y no pudo
Definitivamente, ojalá me muera mañana
y no tenga que aguantar un puto día más
siendo nada
y rodeado de absolutamente TODO
me entran ganas de vomitar cada vez que siento que te he perdido
cada vez que recuerdo lo que antes hacía contigo y ahora hago solo
cada vez que como algo que no puedo compartir
siento náuseas cada vez que me siento solo al mirarme al espejo
cuando las lágrimas corren por el cristal del autobús y yo muero seco en mi asiento
me entran ganas de morir cuando piso un charco y tú no estás para reírte
cuando me cae una gota en la nariz y no estás para secarla
cuando suena una canción y no estás para bailar
Siento el vómito en mi garganta cuando pienso en años sin ti
viéndote desde la lejanía del escaparate, feliz y lejana
desde la vida que me has dejado
mientras yo sigo aquí fuera
bajo la lluvia
esperando al camión de la basura
la vida se arrastra ante mis ojos y corre y vuela y yo no puedo dejar de ponerle cemento a mis zapatos

viernes, 7 de enero de 2011

Había una triste melodía jugueteando sobre mi piel
Ondas de sonido bailando sobre mí
siento sus dedos y sus caricias
Me derrumbé sobre el agujero
del váter
mi cuerpo parecía caer dentro
a pedazos
como si mi alma fuera de arcilla
descompuesta.
Lentamente vacié mi cuerpo
de sobrantes
y al rato me levanté
erguido
extendiendo mis alas como un ser nuevo
renacido.
Una vez encontré mi cuerpo vacío
del todo
abrí la ventana y me lancé
al vacío
flotando como una hoja de papel
o de árbol
jugando con la gravedad
cinco segundos.
Me estampé hecho sello de tripas
y de calidad,
porque no hay nada más desagradable
que un cadáver lleno de mierda.

jueves, 6 de enero de 2011

En el fondo de un vaso encontré
algo no escrito
en libro ninguno.
Eran palabras de amor y de odio,
sonetos fluidos de desesperación,
besos y caricias
comprados con miradas
flotando entre humo de techo de bar.

miércoles, 5 de enero de 2011

Abrí un libro lleno de hormigas
que subieron por mis manos, brazos y cuello
Entraron por mi boca, por mis ojos y orejas
mordisquearon mi interior, alterando el paisaje
Me convertí en hormiguero de ideas y palabras
En un ecosistema artificial
Carne deprimida
Estábamos bailando sobre una cornisa
las alas al viento, las manos al aire
dedos tocando estrellas
acariciando el vacío, metiéndose a través.
Nunca tuve más claro lo que era el infinito
ni cuánto podía alargarse un momento presente.
Caímos como hojas de motosierra
cortando la fachada de la casa
y nos hundimos en el barro y los cuerpos tirados.
Fue como tirarse a una piscina
fue como olvidarse de todo
Conocerte fue un martillazo en la cabeza
Quererte una patada al corazón
Perderte una puñalada en el cerebro
Y sobrevivirte fue aprender una lección
Tuve un poco de agua para mí
y la llené de acuarela.
Tuve un papel para mí
y me desahogué sobre él.
Follé, violé aquel cuerpo blanco,
vomitando sentimientos
en su superficie.
Rasgué mi alma
e hice un collage.
Rasqué mi piel
y mis vestiduras.
Y desnudo corrí entre la gente nevada
enseñando ese cuadro, fruto de mi vida
y de mi muerte.
Encontré un mantra que me permitía vivir
un sonido agradable e interno que se volvió ritmo vital
notaba esa pulsación todo el tiempo dentro de mí
podía saber que estaba vivo y despierto
sentía su calor.
Un día noté que había cambiado
era más rápido, más violento
dolía por dentro, me daba náuseas
Empecé a hincharme
iba a explotar.
Mis ojos empezaron a sangrar
mi nariz también
y me di cuenta de que la longitud de onda me estaba matando.
Era el mantra de la muerte,
el tambor de la tribu,
el fantasma del pasado que venía a llevarme.
Y me arrodillé, me hice bola,
y subí a la superficie hecho burbuja de agua
para estallar.
Uno siente a veces odio cuando es rechazado antes de tiempo.
Como si no se hubieran tomado la molestia de conocerte o escucharte.
Directo al cubo de la basura.
En cambio, cuando se han tomado la molestia, la gran molestia de tenerte,
ser tirado a la basura es mucho peor.
Uno se siente podrido, apestado, indeseable.
Carne de horca
hasta por la soga rechazada.
Pero como la comida atraviesa el cuerpo y sale echa mierda
una vida pasa por múltiples relaciones
siendo digerida una vez
tras otra
hasta que ya sólo queda de uno un espumarajo maloliente,
una mirada de recelo al estar rodeado de gente,
una sensación de no valer nada.
Y uno sabe que sólo ha sido una fotografía en una cartera,
sustituida por otra, tarde o temprano.
Ya no eres cuerpo de abrazo
ni saliva de labio.
Ya no eres poya erecta
y calor nocturno.
Ahora sólo eres vacío
lleno de nada,
mero recuerdo
de lo que quizás nunca fue.