viernes, 7 de enero de 2011

Me derrumbé sobre el agujero
del váter
mi cuerpo parecía caer dentro
a pedazos
como si mi alma fuera de arcilla
descompuesta.
Lentamente vacié mi cuerpo
de sobrantes
y al rato me levanté
erguido
extendiendo mis alas como un ser nuevo
renacido.
Una vez encontré mi cuerpo vacío
del todo
abrí la ventana y me lancé
al vacío
flotando como una hoja de papel
o de árbol
jugando con la gravedad
cinco segundos.
Me estampé hecho sello de tripas
y de calidad,
porque no hay nada más desagradable
que un cadáver lleno de mierda.

No hay comentarios: