viernes, 25 de julio de 2008

Agosto

  • Lo que lleva a mucha gente al suicidio no son los grandes acontecimientos trágicos de sus vidas sino los pequeños detalles, irrelevantes pero desesperantes, que salpican su existencia.
  • Uno puede sacar fuerzas de la nada para vencer a un enemigo externo y bien visible, pero no hay manera de atacar a esos pequeños enemigos internos que nos lanzan a la autodestrucción, que aguardan sumergidos en nuestras almas el momento de la guardia bajada, el momento sin defensa.
  • El infierno de cada persona está dentro de uno mismo y la puerta de entrada se activa con detalles ocultos pero irritantes que están desperdigados a nuestro alrededor.
  • Somos bombas rodeadas de pulsadores que nos activarían irremediablemente.
  • Pero sabemos ignorar la señal de detonación.
  • Al menos es así hasta el día en que ya no es así.
  • En ese momento no somos personas: somos epicentros del desastre.

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