lunes, 27 de julio de 2009

Mi perro es el único motivo por el que no me he suicidado
todavía.
Hoy lo han atropellado.
En la clínica, el veterinario ha hablado de inyecciones.
Le pregunté si tenía dos.
Replicó que una bastaría.
No me entendió.
Pedía una para mí.
Pero parece ser que yo no tengo ese derecho...
...derecho a morir en paz.

No hay comentarios: