viernes, 21 de agosto de 2009

Nuestro amor fue una exhibición de atrocidades estancada en una sala vacía de una exposición de arte moderno. Los cuadros, sin gracia ni sentido, flotaban sobre esperma florido y se escurrían por las paredes en extrañas geometrías. Los paseantes que entraban por error salían después de asomar la cabeza, asustados y llenos de asco. Aquella creación enferma de una mente senil que se había reproducido por mitosis resultaba tan fértil, tan estimulante a la imaginación, que hacía brotar fetos en los ojos de los espectadores. Todo duró apenas unas horas, antes de que la policía del pensamiento fumigara la sala completa, incinerara los cuadros y ejecutara al autor: la célula de aquella barbarie. Los espectadores que lo vieron fueron igualmente decapitados para que no quedaran testigos y monos de tres cabezas con trajes de cuero se follaron sus cabezas por el cuello para destruir completamente las pruebas.
El resto es Historia del Arte.

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