sábado, 20 de septiembre de 2008

Compré una piel de lagarto en el supermercado y luego no quise ponérmela. Me daba miedo probármela y que me sentara bien. Así que la metí en el armario y lo tiré por la ventana. Luego me senté a leer un libro tinto con una botella de Tolstoi .

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