tranquilamente desquiciado, observo desde mi sillón de piel humana cómo mis pensamientos corretean sobre los tablones del suelo. Mis ojos dan vueltas sobre sí mismos y las imágenes se mezclan en mi cerebro con visiones de mi mente y mis órganos internos.
la madera cruje en el fuego de la chimenea y en mi cabeza el sonido se arrastra como polvo de arena a través de las venas. Las neuronas de neón se iluminan como puticlubs de carretera, llenas de sexo barato y psicosis frustradas sobre marrones moquetas mojadas.
un bebé se arrastra por el suelo utilizando brazos y piernas que en realidad todavía no tiene. Le animo diciendo: "lo que importa es el sentimiento", pero su reacción no me gusta, pues es pura química: se derrite sobre la madera escapando por las grietas de mi alma.
un francotirador inspecciona mi habitación con el ojo rojo de su rifle. Mis pupilas se detienen por primera vez en meses. En el puntero láser. Acribillo el reflejo ennegrecido en mis pupilas de un frío reproche sexual. El puntito rojo sube por mi pierna y se detiene en mi poya.
noto el calor sobre mi piel de aterciopelada porcelana y el semen brota en espasmos cuando el puntero me roza la uretra. El líquido blanquecino y lechoso se filtra al entresuelo y se extiende buscando algo que fecundar. Probablemente buscando una infección.
y mis pensamientos se esconden bajo la alfombra cuando muero. Mis ojos estáticos aún pueden distinguir sus bultos. Exploto expandiéndome por la habitación.
cubriendo cada rincón con un trozo de carne latiente.
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