viernes, 29 de agosto de 2008

Aquel año no había visto el mar más que reflejado en el cielo. estaba tan lejos que me ahogaba en él. de algún modo, por una repentina negligencia de la gravedad, que nos ata a un suelo que en realidad es un techo, caí hacia abajo proyectándome hacia el azul intenso que llamaba a mi alma. sentí un baño de espuma y cuando me sumergí regresé a la oscuridad que había dentro de mí.
Siempre supe que en el cielo no estaba dios. pero jamás imaginé lo que llegué a ver en aquel momento. antes de que me estallase el cuerpo por la presión.

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