viernes, 17 de abril de 2009

Tus pasos bajando la escalera retumbaron en el pasillo casi tanto como en mi vida. Y el telón cayó al cerrarse la puerta, tras de ti, en el portal. Fue un momento intenso en el que el tiempo casi se detuvo, en el que todo iba tan lento que no sabía si ibas o venías.
Por un momento pensé que subías de nuevo. Que subías a recoger el calor que habías dejado en mi cama. A arrancarme el vacío y a llenar mi piel de besos que queman.
Casi notaba de nuevo tu presencia en el cuarto. Esa presencia que me costaría una vida olvidar pero que al día siguiente ya no tenía sentido. Ese fantasma de placeres nocturnos que me atormentó esporádicamente.
Casi...
Pero la puerta estaba cerrada y tú ya te habías ido de mi mundo.
¿Qué te llevaste en tus maletas que luego noté que me faltaba algo?

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