miércoles, 29 de abril de 2009

Parecemos hechos para derrumbarnos pero nos mantenemos en pie de alguna forma. En un mar de relaciones inesperadas, flotando a la deriva, hacemos pie o tocamos fondo. Pero siempre queriendo más, buscando algo.
El abrazo de una chica a la que ni quieres ni deseas a veces significa más que la religión más creíble del mundo. Otras ni el sexo con la persona amada llenan más que un vaso de agua.
Amparadas tras el cristal de la cafetería, las parejas comparten sus sueños y sus tristezas. Bromean, discuten o simplemente bostezan. Y, mientras, el tiempo -siempre el tiempo que les queda- espera tras la esquina empuñando unas tijeras, cortando cuerdas al azar.
El azar: la religión del caos...
¿Puedes azar al azar un campo de azahar sin ver que existe una pequeña relación?
Eso espero.
No sirve de nada pensar porque las conclusiones no existen. Conclusión, como final, es el momento en el que la persona deja de pensar y acepta como respuesta la distancia a la que ha llegado.
Si es así... Si en eso sí que crees... Entonces no temas:
sólo cierra los ojos y aguarda.

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