miércoles, 29 de abril de 2009

Con el sol todo parece distinto: las casas brillan, luciérnagas en la noche azul, y las sombras del cielo vuelven a quedar atadas a sus dueños en el suelo. El agua parece más clara, menos llena de secretos, y la piel se calienta de alegría. Con el sol los sentimientos fluyen, polen en el viento, y hasta el sexo despierta lejos de burdeles de cemento.
¡Qué bueno, que brilla el sol!
¡Qué bueno, que brillo yo!

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