sábado, 22 de septiembre de 2007

Ron ron ron sin la botella de ron

-No hay amigos, tío.
-No los hay.
-Crees que sí, pero no. Te engañas.
-Te dices: esta gente me apoya, son mis amigos.
-Intentas pensar que es cierto, lo necesitas.
-Pero no te sirve.
-No.
-Al final siempre acabas quedándote tirado.
-Y lo peor es la gente en la que confías.
-Si es que realmente confías en alguien.
-Sabes que no: ni en ti mismo.
-Cuando te quedas solo es cuando te das cuenta.
-Cuando piensas que esto es a lo que has llegado y te preguntas por qué.
-Pero sabes que en el fondo da igual: dentro de poco todos muertos.
-Y nadie se acordará.
-Exacto.
-Que le den.
-Que nos den a todos: pensaré en mí mismo.
-Mejor no pensaré en nada.
-En nada.
-Joder...
Esto es lo que oí anoche. Lo iba diciendo un borracho que se acercaba andando solo por la calle. Mis amigos y yo lo vimos pasar y nos reimos en silencio de él, porque hablaba solo. Estábamos bebiendo en la calle y el hombre apareció murmurando todo esto y desapareció. Nosotros nos miramos y nos echamos unas risas alcohólicas.
Sabíamos que eso a nosotros nunca nos pasaría.

No hay comentarios: