Tus ojos tan bonitos
y tu pelo
tan negro...
Viéndote peinarlo
con las manos,
acariciado
en una coleta...
Tan íntimo
que
por un momento
sentí que despertaba
a tu lado,
detrás de una noche
abrazada
sobre las nubes.
Qué bello
conocerte.
Qué bello
reconocerme
en tus sonrisas
y tus ojos...
¡Qué bella
coincidencia!
jueves, 18 de junio de 2009
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