miércoles, 23 de septiembre de 2009

Los vecinos lanceros

En cada discusión que tenían los vecinos tiraban algo por la ventana. La mayoría de las cosas quedaban en el piso, pero siempre había algo que acertaba a buscar la calle. Un día fue un vaso de cristal, otro un sofá de cuero. El caso es que se iban mudando sin demasiado secreto.
Hasta que un día, cuando ya nada quedaba en el piso, se tiraron el uno al otro.
Nadie le dio demasiada importancia -salvo quizás yo-, pero recuerdo que los nuevos vecinos estaban entrando antes de que los otros tocaran el suelo.
Y así acaba la crónica de una mudanza anunciada.
Aunque creo que hoy escuché un vaso golpear la acera...

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